Seguro que casi todos habéis escuchado hablar de las tapas y probablemente muchos de vosotros las hayáis probado, ya sea en España o en el extranjero.

Los bares de tapas se han puesto de moda en todo el mundo, ofreciendo pequeños platos que acompañan la bebida, pero normalmente el precio fuera de España es medio-alto y eso está en contra de la filosofía de las tapas. Una verdadera tapa siempre es gratis y viene junto con la bebida que uno pide en el bar, ya sea una caña (cerveza pequeña), un vino o cualquier otra. Normalmente están a la vista en la barra del bar y uno puede pedir lo que desea al camarero, aunque a veces no es posible elegir y te traen otra cosa.

Las tapas pueden ser simples, como unas aceitunas o unos cacahuetes, o pueden llegar a ser platos bastante elaborados, como unas albóndigas en salsa o una porción de tortilla de patatas. Pero recuerda, lo más importante es que no se pagan sino que están incluidas con la bebida. Cuando en España uno paga un plato de este estilo, se suelen llamar raciones, son bastante más grandes y uno puede elegir de una carta. Como os podéis imaginar, los ingredientes más caros suelen aparecer sólo en las raciones, aunque a veces uno pueda encontrar tapas de jamón serrano o de gambas en bares relativamente caros.

En el vídeo podéis ver una ruta de tapas por Salamanca y Granada. La capital de España, con muchísima gente que migró desde otras regiones, es también un muy buen sitio para ir de tapas. Mi bar de tapas preferido en Madrid se llama "La Llama" y está situado cerca de Cuatro Caminos, en el norte de la ciudad. De entre las raciones que ofrecen, mis favoritas son la sepia a la plancha, el pulpo a la gallega y el revuelto de la casa. Al acabar, ¡no os perdáis el orujo de hierbas casero para ayudar a hacer la digestión!