Cuando hablamos de estilos de vida respetuosos con el medio ambiente, hay dos conceptos muy de moda: la sostenibilidad y la sustentabilidad. Son términos prácticamente sinónimos pero hay sutiles diferencias analizadas en detalle en el vídeo que comparto en esta columna.

La sostenibilidad está relacionada con la autosuficiencia natural de los ecosistemas. Los ejemplos más claros son los de las energías renovables, como la energía solar fotovoltaica, eólica o geotermal. También hay otros recursos como el agua que pueden ser incluidos en prácticas sostenibles, como la recogida de agua de lluvia para consumo humano.

Sin embargo, la sustentabilidad está relacionada con la intervención humana. Es decir, que un sistema que sea sustentable requiere de poca intervención humana para seguir funcionando. Un ejemplo de una práctica sustentable es el reciclaje de las botellas PET, en donde a un material ya usado se le da un nuevo uso con mínimo aporte de energía y trabajo.

Todas estas prácticas ayudan a mantener un estilo de vida más responsable y respetuoso con el medio ambiente.